Fomentar que tus hijos lean puede
ser un acto más difícil de lo que en un principio pueda parecer. Los niños
tienen hoy en día innumerables pasatiempos y juegos que le dan una
gratificación inmediata como son: los videojuegos, múltiples canales de
televisión, los DVD, juguetes, internet y muchas cosas más. A continuación te
proponemos 20 formas para que puedas acercar a tus hijos al apasionante mundo
de la lectura.
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Escoge historias que tu hijo desee escuchar.
Prestar una especial atención a sus intereses y aficiones es un buen punto de
partida para iniciarlos en la lectura.
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Deja al alcance de la mano de tus hijos todo
tipo de materiales de lectura: libros, revistas, cuentos para que se vaya
familiarizando con ellos.
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Ten en cuenta y fíjate en que libros y cuentos
son los que más llaman la atención de tus hijos, incluso aquellos que tienen
ilustraciones de colores. No importa si al principio los niños se limitan a
mirar las fotografías o dibujos, seguramente otro día empezarán a prestar más
atención y a vincular la imágenes con la narración.
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Deja que tus hijos te vean leer en tu tiempo
libre, tenderán a imitarte.
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Lleva a tu hijo a la biblioteca de forma
periódica. Explorar juntos la sección infantil y pregunta al bibliotecario
acerca de nuevos libros y revistas que tus hijos puedan disfrutar.
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Ayuda a tu hijo a entender otros beneficios que
tiene la lectura, como por ejemplo, como forma de reunir información útil para
hacer aviones de papel o para la planificación de un viaje familiar.
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Si tienes hijos mayores, aliéntalos para que
lean historias a los más pequeños. Los niños mayores disfrutarán mostrando sus
habilidades a sus hermanos más pequeños y los pequeños aprenderán del ejemplo.
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Juega con ellos a juegos en los que los niños
deban leer las reglas, tarjetas y direcciones para ganar el juego.
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Comparte con ellos aspectos que has aprendido
con la lectura y en qué aspectos te ha ayudado ese día. Esto lo puedes
compartir con él en diferentes momentos del día, por ejemplo mientras cocinas o
limpias el coche. Cuando compartes las ventajas que ha tenido para ti la
lectura, estás invitándoles a que lean para conseguir los mismos beneficios.
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Intenta que el tiempo que dedican a la lectura
sea regular. Veinte minutos diarios de lectura son suficientes, pero ese tiempo
debería ser independiente del que dedican al colegio o a realizar los deberes.
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Léele a tu hijo en voz alta. El placer de
escuchar una historia, en lugar de tener que esforzarse para poder leerla,
puede conseguir que en un futuro próximo y a medida que vaya cogiendo destreza
en la lectura, se aficione a leer por sí solo.
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Anima a tu hijo para que lea en voz alta. Seguramente
las primeras veces se equivocará con frecuencia. Cuando el niño se equivoque,
indícale con cariño la manera en que la palabra o frase debe ser pronunciada y
no des importancia al error.
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Regala a tu hijo libros que le interesen a él,
no a ti.
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Dale a tu hijo un lugar o una estantería en la
que pueda almacenar sus libros.
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Enséñale a tu hijo a utilizar un marcapáginas.
Un libro no tiene que terminarse el mismo día que se empieza. Aunque esto pueda
parecer obvio a aquellos que llevan tiempo leyendo, no lo es tanto para los
niños pequeños. El hecho de que el niño sepa que podrá detenerse después de
unas páginas o cuando termine un capítulo, le dará tranquilidad.
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La lectura no tiene por qué ser una actividad
seria ni aburrida. Un buen consejo es preparar una velada familiar con libros
entretenidos y divertidos. Por ejemplo, se puede organizar una sesión familiar
de lectura de adivinanzas, lectura de cuentos o incluso de chistes o historias
graciosas. Estas veladas se pueden convertir en una excelente opción para una
reunión familiar y para disfrutar de la lectura en familia.
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En la medida de lo posible, amplía la
información que les da la lectura a tus hijos con otras actividades. Por
ejemplo, si tu hijo disfruta de un libro sobre dinosaurios, puede ser una excelente
idea visitar un museo de historia natural que complemente la información y le
genere mayor curiosidad por los dinosaurios.
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Haz tratos con tu hijo. Por ejemplo, si cumple
los 20 minutos de lectura de forma periódica, prométele que lo llevarás a ver
una película o a realizar alguna otra tarea que el niño desee.
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Limita el tiempo de televisión que tienen tus
hijos. La TV ocupa tiempo que podrían utilizar en leer. Y como consejo, no
utilices nunca la televisión como una recompensa por leer o como un castigo por
no leer.
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Para leer, no es necesario tener un libro.
Puedes empezar por indicarles que lean carteles como los nombres de las calles,
la información de los alimentos, los titulares del periódico o las señales de
tráfico entre otras cosas.
PROFRA. KARLA JAZMIN DIAZ LEDESMA
PROFRA. KARLA JAZMIN DIAZ LEDESMA
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